Red de Ciudades Cervantinas

La ciudad de Antequera cuenta con una gran riqueza literaria, siendo cuna de diversos autores así como emblema de la difusión de todas las enseñanzas que hicieron del Humanismo y Renacimiento uno de los periodos más florecientes en la cultura de España. Dámaso Alonso señaló que Antequera era la ciudad con más poetas en relación con la población en el siglo XVII.

Flores de poetas ilustres de España, escrita por Pedro de Espinosa, es un claro ejemplo de la escuela Antequerano-Granadina, publicada en 1605, en la que, lamentablemente, no encontró un espacio el Cervantes poeta.

Cervantes fue un enamorado de Andalucía, región que conoció muy bien como comisario real de abastos y recaudador de impuestos atrasados. Antequera, como otras tantas poblaciones andaluzas, suministraron trigo y cebada para la elaboración de bizcochos, alimento básico de la dieta de las Armadas que partían todos los años a América desde el puerto de Sevilla.

Rodrigo de Narváez y Biedma, guerrero conquistador y Primer Alcalde y Justicia Mayor de Antequera, es reconocido por sus muchos méritos y virtudes militares, además de un buen gobierno de Antequera entre los años 1410 y 1424 en el que falleció. En el Siglo de Oro, su figura fue recordada y ensalzada por numerosos autores, como Antonio de Villegas (El Abencerraje), Lope de Vega (El remedio en la desdicha) o el propio Cervantes, quien en Don Quijote cita al valeroso Rodrigo de Narváez, alcaide de Antequera en varios pasajes.

La leyenda de la Peña de los Enamorados constituye otra de las manifestaciones de amor de la morisca garrida con un cristiano, aspecto ratificado en la obra de Cristóbal Fernández y versificada en el Romancero de Pedro de Padilla (1583), donde el propio Cervantes contribuyó con un soneto laudatorio.