Iglesia de Santa Clara

Información general

Dirección:

C/Sta. Clara 3

29200 Antequera - Málaga -

Teléfono: 952 708 381

El antiguo convento de Santa Clara de la Paz fue fundado por las monjas Clarisas Franciscanas el año 1603, si bien las obras de la actual iglesia no comenzaron hasta 1633 según proyecto del arquitecto Fernando de Oviedo. A esta época corresponde la zona de los coros alto y bajo y el llamado ‘Claustrillo de los jazmines’, dentro de un estilo manierista. La capilla mayor, añadida entre los años 1735 y 1757 bajo el patronazgo de la familia Eslava Almazán –propietarios entonces del Palacio de Nájera-, presenta un riquísimo programa de yeserías barrocas en las pechinas de su cúpula.


En el exterior destacan la espadaña del siglo XVII, levantada por el alarife Juan Muñoz Barrientos, y la portada almohadillada de ladrillo de mediados del siglo XVIII que se atribuye al alarife Nicolás Mejías, autor de la torre-mirador del Museo de Antequera.
El edificio, adquirido por el Ayuntamiento en 1997, es hoy sede del Centro Cultural Santa Clara, después de las importantísimas obras de rehabilitación y restauración llevadas a cabo por la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía.


Como curiosidad, aparece su fundación contada en la Historia de Antequera de García de Yegros. Allí nos dice que fue Doña Francisca Osorio de Navarrete la que fundó el convento de Santa Clara de la Paz en 1601.


Con el dinero que ella dio se pudo comprar el sitio para la fundación en la calle de los Duranes y la que hoy llaman de Santa Clara y las primeras monjas del convento fueron: Francisca de Navarrete, María de Mendoza su hermana, Francisca de Céspedes, María de Guzmán, María de la Encarnación, Monjas de Santa Clara de Estepa.


Fundaron el convento de Santa Clara de la orden franciscana. La primera misa se dijo el 18 de diciembre de 1603.


En el Siglo XVII-XVIII era uno de los conventos mejores y más grandes de la ciudad, pues daba a cuatro calles: Santa Clara, Merecillas, Azofeifo y Duranes. Dentro tenía 9 patios con su pozo cada uno. El segundo de los patios era grandísimo, tenía dos lienzos de corredores con sus columnas coloradas y en medio una fuente de piedra colorada, de donde procedía una alberca de agua y todo muy poblado de árboles y flores, que lo hacían muy vistoso y muy ameno.


El refertorio era también una de las piezas más admirables.